Cristalinos artificiales

La ciencia logra grandes adelantos en la implantación de cristalinos artificiales, que mejoran notablemente la vista.

Para que podamos ver claramente, un pequeño músculo circular modifica la refracción del cristalino en el ojo. Pero a partir de los 40 años de edad, la visión empeora: el cristalino pierde flexibilidad, las consecuencias son miopía o hipermetropía, es decir no ver bien a corta distancia o lo lejos respectivamente.

Cuando a ello se agregan cataratas, sólo ayuda una operación y en muchos casos, un cristalino artificial.

"Los lentes artificiales se colocan en la cavidad del cristalino y antes fueron de plexiglás, durante 50 años", dice el profesor Gerd Auffahrt, de la Clínica Oftalmológica de Heidelberg, Alemania.

Pero el plexiglás tiene algunas desventajas: los cristalinos de plexiglás son monofocales, o sea que tienen sólo un índice de refracción.

Por ello, el paciente operado puede ver bien a distancia, pero para leer el diario necesita anteojos. Teóricamente también se le puede implantar un cristalino para ver de cerca, pero entonces necesitaría anteojos para ver lejos.

Ver nítidamente

Cristalinos multifocales de silicona o acrílico permite, por el contrario, ver nítidamente tanto de lejos como de cerca. Pero no se trata de gafas progresivas, es decir que contienen en una misma superficie varios puntos focales. Esa tarea la asume el cerebro.

Además existen algunos refinamientos. Para que las imágenes ganen en contraste, los oftalmólogos implantan cristalinos esmerilados esféricamente. De noche, los contornos se ven entonces más claramente, lo que es muy útil por ejemplo para conducir vehículos.

Y a quien además de tener cataratas sufre de una combadura de la córnea se le implanta un cristalino llamado tórico, que no sólo compensa el déficit de refracción, sino también la curvatura.

Las reacciones de rechazo, dice Auffahrt, son actualmente muy raras. Los investigadores trabajan ahora en el desarrollo de lentes variables, que, como los cristalinos naturales, puedan modificarse con ayuda de un músculo circular.

Cambiar el índice de refracción

"También existen ya combinaciones de dos lentes, es decir, que se implantan dos cristalinos en el ojo. Y existen también cristalinos en los que se mueve un líquido en el ojo, cambiando así el índice de refracción", agrega el especialista.

Por si fuera poco, los cristalinos artificiales deber también poder ser doblados. Ello se debe a la técnica operativa. Como en el ojo no se puede hacer un corte de ocho u nueve milímetros, hay que introducir el cristalino por una abertura de dos a dos milímetros y medio.

Las ventajas de los cristalinos artificiales son evidentes. Por ello, cada vez más pacientes se someten a la operación, sin duda psicológicamente inquietante, en tanto se interviene directamente en los ojos. Pero los resultados valen la pena.